Este término hace referencia a la gran revolución que hubo en los campos de la producción entre 1760-1840, principalmente en Gran Bretaña. En este periodo surgieron las primeras máquina de vapor, lo cual trajo consigo nuevos combustibles como el carbón o posteriormente la energía hidráulica y cinética, estas máquinas entre otras cosas consiguieron aumentar la producción de determinados recursos, como los productos agrícolas o prendas de vestir. Además, hubo una gran mejora en el ámbito logístico, en donde se crearon los primeros transportes de vapor, los cuales fueron modernizándose y extendiéndose por toda Europa.
Este gran avance se dio gracias a las mejoras de las tecnologías agrícolas, las cuales acabaron con gran parte de las hambrunas que habían en Gran Bretaña e invitó a la gente a irse a la ciudad a trabajar a cambio de un sueldo. Las principales consecuencias que trajo fueron la explosión demográfica inglesa, por la cual la población inglesa en apenas unas décadas se triplicó, subió la esperanza de vida y el salario medio.
Poco a poco, con el paso de los años estos avances tecnológicos se fueron expandiendo por toda Europa, aunque en España nos costó mucho asimilarlo, debido principalmente a España es un país muchos más montañoso y seco que cualquier otro de Europa, por lo que gran partes de los avances que se consiguieron en Europa a nosotros no nos servían por nuestro relieve. Además, España no tenía grandes fuentes de carbón, y las que había eran fuentes de un carbón de mala calidad; a diferencia del resto de Europa, donde el país en su mayoría es una gran llanura con ríos y con fuentes de carbón casi en la misma superficie.
Esta revolución acabaría siendo la predecesora de a lo que llamaríamos 2ª Revolución Industrial, donde surgiría la fuente de energía que más solemos utilizar hoy en día, la electricidad.
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