martes, 8 de diciembre de 2020

La 1ª Guerra Carlista

 Hola, buenos días, para esta semana he pensado en hacer una serie de entradas encadenadas especiales sobre un tema en común, por lo que hoy Martes, en esta entrada se va a hablar sobre la Primera Guerra Carlista (1833-1840), y como en total hubo tres guerras he decidido que hoy, martes se publique una entrada sobre la primera, el viernes sobre la segunda y el domingo sobre la tercera.

La 1ª Guerra Carlista se remonta al año 1833, cuando, tras la muerte del monarca Fernando VII, su heredera legítima es por ley la niña Isabel II, junto con su regente, María Cristina, pero este acto no es aceptado por determinados sectores más conservadores de la población, dado que por aquella época estaba mal visto que una mujer gobernase, pero por otro lado esta nueva reina le daba cierta posibilidad a los sectores más liberales para intentar que se aplicasen reformas en busca de modernizar el Estado y la sociedad. Los sectores más conservadores querían que el heredero del reino fuese Carlos María Isidro; de ahí el adjetivo carlista. 

La tensión acumulado hizo que estallase una guerra civil contra la joven reina y los liberales, se sublevaron las zonas en el norte de España, principalmente País Vasco y Navarra, donde se librarían principalmente los combates. 

En el bando isabelino, adjetivo proveniente del nombre de la reina Isabel, se encargó formar gobierno a Cea Bermúdez, un político liberal moderado partidario de hacer algunas reformas para liberalizar el país, pero que a su era presionado por los progresistas para que hiciese las máximas posibles; por otro lado, en el bando carlista, la lentitud en la toma de decisiones del gobierno liberal hizo que las fuerzas sublevadas tuviesen un tiempo muy valioso para reorganizarse y posicionarse. Al frente del ejército carlista estaba el general guipuzcoano Tomás de Zumalacárregui.

En este mapa se puede ver cuales fueron las principales zonas de conflicto:


La guerra tuvo principalmente tres fases: la primera, en la que el ejército carlista a pesar de estar en inferioridad numérica pudo resistir y vencer ciertas batallas; segunda fase, las tropas carlistas intentan tomar las principales capitales provinciales más cercanas, como Bilbao, pero no lo consiguen y sufren muchas bajas; y por último la tercera fase, en la cual las tropas carlistas viendo que no pueden ampliar territorio intentan mandar expediciones a áreas favorables al pretendiente Carlos, pero sin éxito, hasta que finalmente Maroto, principal general del bando carlista, debido a que Tomás de Zumalacárregui había caído en combate, ordena fusilar a los generales partidarios de continuar la guerra y acaban firmando la paz, en el Convenio de Vengara. En este Convenio se les da a los generales sublevados ascensos y pagas a cambio de que estos reconozcan a Isabel II como su reina legítima.

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